La Ley de Protección de Olas y Rompientes Marinas Ecuador, busca asegurar que se realicen los procesos adecuados cuando se lleven a cabo proyectos que puedan alterar fondos marinos, como por ejemplo construcciones de muelles y malecones. Asimismo, asegurará la protección de sectores que albergan importantes ecosistemas marinos, para garantizar que las siguientes generaciones puedan disfrutar de los mismos espacios que nostros disfrutamos hoy en día.
Pero, ¿por qué dedicar esfuerzos a proteger las olas cuando existen tantos otros problemas que demandan nuestra atención? Quienes hemos tenido la oportunidad de recorrer nuestra costa ecuatoriana hemos experimentado la magia y energía de nuestras playas. Estos espacios no son meramente tramos de arena; son valiosos atractivos naturales que albergan ecosistemas marinos vitales y ofrecen condiciones idóneas para el desarrollo de deportes náuticos, como el surf, recientemente proclamado deporte olímpico.
La relevancia de estas olas trasciende lo recreativo; representan un motor económico capaz de generar millones de dólares en turismo. Ejemplos internacionales destacan el potencial económico del turismo de surf, con cifras anuales que van desde los 1.6 millones en Pichilemu, Chile, hasta los 35 millones en Uluwatu, Indonesia.
Pero, las olas no son solo para surfear
La Ley de Protección de Olas y Rompientes Marinas en Ecuador no solo busca preservar estos escenarios para las futuras generaciones de deportistas y turistas, sino también asegurar la conservación de los ecosistemas marinos que sustentan la vida. Las olas son fundamentales para la oxigenación del agua, el transporte de nutrientes, y la creación de microhábitats. Estos procesos naturales son vitales para la salud de nuestros océanos y, por ende, para la nuestra. Esta legislación representa un compromiso con el futuro, una promesa de preservar estos entornos para que las próximas generaciones puedan disfrutar y beneficiarse de ellos tal como nosotros lo hacemos hoy.
El origen de esta propuesta de ley se remonta a la destrucción parcial de la playa La Herradura en Perú, durante la construcción de una carretera que implicó la dinamitación de piedras. Esta alteración produjo modificaciones en los fondos marinos que cambió para siempre su paisaje natural. Este evento catalizó un movimiento que culminó en la aprobación de la primera ley en el mundo para la protección de las olas, demostrando la importancia de una gestión cuidadosa y respetuosa de nuestros recursos naturales.
Hoy, Ecuador, junto a otros paises como Chile, Mexico y Panamá, se unen a estos esfuerzos por garantizar la conservación de este importante recurso. Invitamos a la comunidad ecuatoriana a unirse a esta causa, a entender que proteger nuestras olas es salvaguardar nuestro futuro. No solo estamos preservando un espacio para el deporte, sino asegurando que los ecosistemas marinos, fundamentales para nuestra supervivencia, continúen existiendo. Las olas que bañan nuestras costas son más que agua en movimiento; son parte escencial de un sistema frágil que sostiene la vida. Es un recurso invaluable que merece nuestro respeto y protección.
¿Qué debe hacer para apoyar esta causa?
Para presentar nuestra propuesta de ley en la Asamblea, necesitamos reunir 50,000 firmas en físico, un desafío logístico significativo que depende del esfuerzo conjunto y la dedicación de muchas personas. Hasta ahora, hemos establecido más de 25 puntos de recolección en 7 provincias a lo largo del país, facilitando así el proceso para quienes deseen apoyarnos firmando. Te invitamos a visitar nuestro sitio web, mareasvivas.ec, para localizar el punto de recolección más cercano y sumar tu firma a esta causa.
Si estás interesado en involucrarte aún más en esta iniciativa, te ofrecemos la oportunidad de registrarte como punto de acopio oficial, contribuyendo así a aumentar el alcance de nuestra campaña de recolección de firmas. Además, tienes la opción de descargar e imprimir el formulario de recolección para que amigos y familiares puedan firmarlo, ampliando nuestra red de apoyo. Tu participación es crucial para hacer realidad este proyecto de ley y proteger nuestras olas y playas.